Una vez que tengas guppies, debes acostumbrarlos suavemente a su propia agua durante un período de algunas horas.
Aunque puedes acostumbrarlo a casi cualquier agua, prefiere el agua dura a la blanda. Los valores de PH ligeramente superiores o inferiores a 7 son bien tolerados.

Como el guppy es un animal de sangre fría, su metabolismo reacciona fuertemente a la temperatura del agua. A bajas temperaturas crece más lentamente y los colores no son tan fuertes. Si la temperatura del agua es demasiado alta, sus funciones fisiológicas se aceleran y crece y envejece más rápido. En mi experiencia, las temperaturas entre 22 y 25° C son óptimas para el crecimiento y el desarrollo del color.

Aunque los cambios parciales de agua deben realizarse con frecuencia (1/3 cada semana) en el acuario de guppys, un buen filtro es importante para limpiar el agua y suministrar oxígeno. Los filtros operados por aire (filtros máximos convertidos) me aseguran un agua cristalina y aportan mucho oxígeno al agua. Cuanto mejor sea la filtración, más a menudo se cambiará el agua parcial y cuanto mayor sea el contenido de oxígeno, más densamente podrá poblarse el acuario. Cuanto más espacio tenga un guppy, mejor podrá desarrollarse. En mi experiencia, los machos reaccionan más sensiblemente a las condiciones de hacinamiento que las hembras.